TAILANDIA
ENTRE VIEJOS AMIGOS
Nada más pisar el barquito oímos «Bienvenidos al paraíso señores», ahí mismo estaban Pau y los demás, mojados y mareados pero con ganas de aventura.
Nada más pisar el barquito oímos «Bienvenidos al paraíso señores», ahí mismo estaban Pau y los demás, mojados y mareados pero con ganas de aventura.